11 febrero 2012

Sufrimiento: Porque Dios lo permite?

 El 21 de Noviembre de 1980, cuando ocurrió un incendio en el  MGM Grand Hotel de Las Vega, los sobrevivientes fueron llevados al Convention Center, donde nuestras reuniones para la Cruzada tenían lugar.

En una entrevista, el Gobernador Robert List habló acerca de lo bien que estaba todo  en el MGM sólo 24 horas antes. “Y súbitamente,” dijo, “la música se detuvo.”

Algún día, para todos ustedes, si no conocen a Dios, la música se detendrá. Todo habrá terminado. La Biblia dice, “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).

La Biblia dice que Job repentinamente perdió todas sus riquezas y a sus hijos. El diablo le dijo a Dios “Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. (Job 1:11-12)

Job nunca preguntó por qué esas cosas le estaban sucediendo. Lo más cercano que estuvo fue cuando dijo: “Hazme entender por qué contiendes conmigo” (Job 10:2). Job estaba compartiendo su agonía de espíritu con un Dios al que no lograba entender.
El sufrimiento lleva un mensaje de misterio. La Biblia dice: “Grande es el misterio de la piedad” (1 Timoteo 3:16). Cuando se me solicitó que explicara la tragedia del incendio en el MGM Grand Hotel, dije, “Hay un misterio en tragedias como estas. No sabemos la respuesta”. Y nunca lo sabremos hasta que Dios mismo nos lo explique.

Para los humanos, es un misterio el por qué Dios creó la Tierra. Es un misterio el por qué puso gente en la Tierra. Pero Dios nos ha revelado respuestas a través de la Biblia y a través de la persona de su hijo, Jesucristo. En la Biblia encontrarás las respuestas a estas preguntas y a los problemas de tu vida.
Pero el hombre se reveló contra Dios. El hombre dijo: “Dios, no te necesito; puedo construir mi mundo sin ti”. Dios dijo: “Si tomas esa posición, sufrirás y morirás”. El hombre tomó esa posición y entonces comenzó a sufrir, y ha estado muriendo desde entonces. La muerte física es solo la muerte del cuerpo, pero el espíritu sigue vivo. Si tu espíritu se separa de Dios por la eternidad, se perderá para siempre.

La Biblia enseña que Satanás es el autor del pecado. El pecado es la razón por la que tenemos aflicciones, incluso la muerte. Todos los problemas de nuestro sufrimiento, e incluso la misma muerte, son el resultado de la rebelión contra Dios. Pero Dios ha provisto el rescate en la persona de su hijo, Jesucristo. Esto es el por qué Cristo murió en la cruz. Esto es el por qué se levantó de los muertos.

MENSAJES QUE NOS MUEVEN A LA ACCION
En el sufrimiento, también hay un mensaje de compasión. Jesús dijo: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí (Mateo 25:35-36).

Mientras el fuego se propagaba en el MGM Grand Hotel, Vi las brigadas de emergencia, los militares, el ejército de salvación, la Cruz Roja, los doctores, enfermeras y gente viniendo a donar ropa y comida. Pude ver compasión en tal acción.

En el sufrimiento hay un mensaje de unidad. Jesús oró: “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” (Juan 17:21). Y eso es el por qué como cristianos debemos ser uno en Cristo. Si has nacido en la familia de Dios, eres un hijo de Dios. Tienes hermanos y hermanas.

El sufrimiento conlleva un mensaje de consuelo, en 2da. Corintios  leemos:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. (2 Corintios 1:3-4)

Debido a la tragedia que te ha sucedido, tienes un mayor sentido de unidad con otros que experimentan tragedias.  Puedes sentir lo que ellos sienten en tal situación de sufrimiento. Porque hemos sido consolados a través de la Palabra de Dios, nos volvemos aptos para consolar a otros.

CUAL DEBE SER NUESTRA ACTITUD HACIA EL SUFRIMIENTO?
Primero, debería ser una actitud de adoración. Debemos decir, “Oh, Dios, creo que tú eres grande y todopoderoso. No entiendo las cosas que están sucediendo en mi vida, pero, oh Dios, confío en ti”

Segundo, deberíamos solicitar a Dios que nos enseñe todo lo que él quiere que aprendamos acerca de Él, acerca de nosotros mismos, y acerca de otros, como podemos ministrar a aquellos que están sufriendo.

Tercero, nuestra actitud en el sufrimiento debería glorificar a Dios. La gente nos va a observar como cristianos. Preguntarán: “¿Cómo es que Cristo está en control de su vida, que aún él o ella es capaz de ayudar a los demás?”

Jesús sufrió y murió por nosotros en la cruz, pero Dios le levantó de la muerte. Jesucristo ahora está sentado a la diestra de Dios Padre, y el mira nuestro sufrimiento. Él ve nuestra vida cada día y sabe exactamente donde estamos.

La Biblia nos enseña que tenemos que ser pacientes en el sufrimiento. Esto es lo más difícil de todo, ser pacientes, poder cantar en la noche. Pídele a Dios que te ayude a confiar,  a tener una actitud paciente y huye de la amargura.

En el sufrimiento también hay, creo, un mensaje de advertencia. ¿Estás preparado para encontrarte con Dios? ¿Qué tienes que hacer para estar listo? Dios tomó la iniciativa dando a su hijo Jesucristo. Dios dice: “Te amo. Quiero perdonarte. Quiero que vayas al cielo”. Pero tú debes responderle. Encuentra esperanza, paz y seguridad el día de hoy.

Links:
Articulo Original (Inglés)
Fuego en el MGM Grand Hotel, lista de víctimas

No voy a rendirme

Quisiera ser muy sincero con mis amigos virtuales y lectores del blog: a veces me da profunda pena hacerme llamar cristiano. Esto no es algo que la gente diga comúnmente, todo el mundo anda preocupado por una apariencia y un status que mantener. Un dicho muy conocido y citado por quienes evitan hablar de sus defectos es: La mujer del César no sólo debe serlo sino parecerlo”. Pero en este momento quisiera derribar esa premisa.
Mi consuelo lo encuentro en Romanos 7
Rm 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
Rm 7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Si, lo confieso, a veces he dejado que las pequeñas zorras hagan una fiesta (Cantares 2:15), y ya cuando quiero reaccionar fracaso estrepitosamente. Entonces el enemigo viene y me dice “ríndete, el evangelio es algo muy puro para ti”, pero cuando busco a Dios siento que Él me dice que me ama, y que si me levanto su mano está extendida (Proverbios 24:16)

¿Se puede llamar a esto hipocresía? Creo que en parte depende del cristal conque mire cada uno. A menudo uno escucha a alguien decir que para estar en esa situación mejor es vivir tranquilo en el pecado y no preocuparse ni de Dios ni lo que sea su voluntad.  Ciertamente ésta es una posición muy cómoda, es decir, me rindo, me aparto de Dios y punto, me dedico a las borracheras y toda clase de mal. Pero yo no nací ese día, se me hace imposible vivir de esa forma. ¿Qué debo hacer? Pues simplemente seguir luchando, día a día, cada día, un día a la vez. Esa suena a premisa de Al-Anon, pero creo que si nos apoyamos en Dios, el ser supremo, tenemos muchas más posibilidades de obtener la victoria.

Pues NO; digan lo que digan, piensen lo que piensen, no me voy a rendir de los caminos del cristianismo, aunque a veces me estrelle contra la pared de mi propia imperfección y debilidades. Mis miedos y temores, mi envidia de los malos (Prov. 24:1).

Y sí…puede que a veces el Diablo se ría de mí, pero no pienso que esto será para siempre. Que bueno que al final de mi vida en esta tierra, sea Dios YHWH quien me juzgue por mis acciones y NO quienes se regocijan en criticarme (o criticarnos).
Rm 7:24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Rm 7:25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Sea cual sea tu problema, mi mensaje es este: jamás te rindas, continúa la carrera de la fe, si te caes, vuelve a levantarte, pues Dios al final va a recompensar tu lucha. Vamos mi amigo, hermano, vamos juntos al calvario, otra vez, pues el Señor es amplio para perdonar. Que así sea.