
Lo que sí me gustaría dejar bien asentado es que jamás estaré de acuerdo en celebrar este hecho como algo glorioso, regocijándome en la muerte de seres humanos. Muchos extremistas árabes harán bailes hoy, y no árabes también. No estoy de acuerdo con ninguna guerra, venga de donde venga. Mucho menos puedo estar de acuerdo con las victimas de la guerra o “colaterales”; aunque como dijo el famoso terrorista venezolano Carlos El Chacal en una entrevista:
“no hay victimas inocentes”
Regocijarse en el dolor ajeno es algo que debería ser penado por todas las religiones. El salmo 1 nos expresa:
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
No señores, no me regocijo hoy con ustedes. Mi oración vaya por todos aquellos que sufren en los cinco continentes y mi esperanza en aquel día en que Dios, finalmente, pague a cada uno conforme a su infinita justicia y sabiduría.
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