11 julio 2007

Carta a un Decepcionado...

Estimado (........)
Qué difícil es a veces dar consejos o recomendaciones. Siempre las situaciones son diferentes, lo mismo que las personas. Sin embargo, el sufrimiento y/o el abatimiento es el mismo.

Te puedo decir que en mi vida sufrí muchos tropiezos y caídas. Decepciones, desilusiones con Dios; en fin, en muchas ocasiones estuve "peleado con Dios". Recuerdo que una vez tuve un enojo que me duró casi un año: una familia que asistía a mi iglesia tuvo un accidente automovilístico, y perecieron quemados dentro de su automóvil. Para mí fue un dolor, una decepción tan grande. Me dije "Dios, si esto sucede a tus hijos, que quedará para los demás".

No podemos entender la razón de las cosas; pero algún tiempo después Dios me convenció que la muerte es un paso, que igual el que muere de infarto, o de cáncer, o asesinado, en fin... ... el resultado es el mismo... la muerte. Lo único que podemos hacer es estar preparados para el día que nos toque.

De las ocasiones que me aparté del Señor no me queda ningún buen recuerdo. Al contrario. Posiblemente ahora tuviera un ministerio de cierta importancia, pero por mi inconstancia no es así. De algo puedes estar seguro, las cosas que "pruebas" del mundo jamás te darán completa satisfacción. Si eres un elegido de Dios, lo que sentirás es pesar y dolor por fallarle al Dios que te creó y te ama.

No permitas jamás que la incertidumbre, el pesar o las dudas te hagan vacilar. Eso es lo que quiere el enemigo. Cada día intenta nuevas estrategias: que si el "Código Da Vinci", ahora que si encontraron la tumba de Jesús, etc. etc. No te extrañe la cantidad de cosas que todavía te falta escuchar.

Amado, permanece fiel en El Camino. Un hombre que fue asediado y probado como ninguno fue Job, y en el versículo 15 del Cap. 13 nos dice: "He aquí, aunque él me matare, en él esperaré"... ¡Qué decisión, qué ejemplo de determinación! ¿Estás en problemas, estás enfermo, estás en deudas o desempleo? espera en él. Dios sabrá recompensarte cuando sea el tiempo. Permanece pues, fiel a su palabra y él te levantará.

Dejo abierta esta puerta si quieres seguir compartiendo. Oremos el uno por el otro. La oración eficaz del justo puede mucho. Un abrazo, mi hermano.

El destinatario ha sido omitido protegiendo su privacidad.

No hay comentarios.: